Los Círculos de Cuidado, desde la educación popular feminista, son espacios de encuentro cara a cara, donde la otra es un rostro que me interpela, mientras yo le interpelo. Parten de las reflexiones y de la capacidad de la mujer de verse a sí misma, de nombrarse y decidir sobre y por sí misma, siendo protagonista de su propia existencia. Se reconoce que la otra ha tenido que transitar por lugares difíciles siendo poseedora de una historia única y con la cual, aunque se esté en oposición de pensamientos, opiniones y actuaciones, es posible interactuar en el marco del respeto de los derechos.
Dentro de las iniciativas priorizadas en el proyecto “Cuidados para la paz, somos para la vida”, se contrataron 3 profesionales de acompañamiento psicosocial para los AETCR de Caldono, Carrizal y Arauquita. El trabajo de estas mujeres incluyó la ejecución de visitas domiciliarias a los hogares para la identificación de la situación psicoemocional de las mujeres, niñas y adolescentes, círculos de cuidado para gestión emocional con niñas y niños para la prevención de violencias basadas en género y abuso sexual, y acompañamiento psicosocial individual a mujeres y niñas víctimas de violencias. Estos ejercicios han contribuido a posicionar el enfoque de género en los modelos de cuidado, para la orientación, seguimiento y activación de rutas correspondientes para casos de VBG y VCM.
Desde las apuestas alrededor del cuidado comunitario, se consolidaron 10 Redes de Cuidado Comunitario para la prevención de violencias basadas en género y contra las mujeres en los territorios. Esta estrategia dialoga con la necesidad de continuar garantizando espacios seguros y libres de violencias contra mujeres y niñas, posicionando los cuidados como derecho.