Durante ambos proyectos se generaron reflexiones individuales y colectivas sobre la carga del trabajo de cuidado no remunerado de las mujeres y la necesidad de realizar acciones para reducirlo, reconocerlo y redistribuirlo entre las personas integrantes de la familia, la comunidad y el Estado.
Optamos por construir Planes Comunitarios de Cuidado con enfoque de género y derechos de las mujeres como herramienta metodológica e instrumento de incidencia política, que permitiera una construcción colectiva de las apuestas del territorio alrededor del cuidado.
>Se pudieron articular necesidades en torno al cuidado y avanzar en el posicionamiento de este como un derecho y una dimensión central del bienestar social.
El cuidado se refiere a todas las actividades y prácticas necesarias que sostienen la vida . Las actividades de cuidado son aquellas que conllevan al bienestar físico y emocional de las personas, permitiendo que cada día la vida sea posible. Las ideas que tenemos sobre el cuidado, las respuestas a esas preguntas iniciales, dependen de nuestras historias y experiencias particulares. Nuestros contextos familiares y el cómo se repartían o no las labores domésticas en nuestro entorno.
La elaboración del Mapa Comunitario de Cuidado se realizó en 20 AETCR como un ejercicio de cartografía social, siendo este el recurso metodológico y programático para las comunidades,que permitió el reconocimiento del territorio en perspectiva de cuidado de manera amplia. Este ejercicio favorece la identificación los roles y actividades, los lugares de protección y cuidado, el acceso a servicios, las acciones de colectivos de niños y niñas, juveniles, de mujeres, los lugares de riesgo para el cuidado; además de los avances y el estado actual alrededor del cuidado a nivel territorial y a partir de ello se definieron acciones concretas para la materialización del Plan comunitario de cuidado
La relevancia del mapa comunitario se centra en la posibilidad de evidenciar los recursos, , necesidades, acciones y roles en torno al cuidado, autocuidado y cuidado compartido que existen a nivel territorial de cara a diversos entornos que le aportan integralidad al ejercicio desde un marco reflexivo, accionante y participativo.,.
Los planes comunitarios de cuidado con enfoque de género y derechos de las mujeres priorizaron iniciativas en cada AETCR según las necesidades e intereses identificadas por su población, específicamente por mujeres y personas en situación de discapacidad, con el fin de movilizar e implementar actividades de cuidado.
En el proceso de reincorporación se abordó el cuidado como enfoque y como derecho. Esto se materializó, por ejemplo, en espacios físicos y pedagógicos que potencian el aprendizaje de niños y niñas, permitiendo a su vez, reducir las cargas de cuidado en las mujeres.
Parte de las apuestas del Fondo para la Consolidación de la Paz de las Naciones Unidas -
Los encuentros de masculinidades corresponsables se realizaron en los 10 AETCR priorizados y fueron un espacio en el que los hombres reflexionaron alrededor de la redistribución de los trabajos de cuidado, mediante el análisis crítico de los ejercicios de violencia contra las mujeres. Allí, se dialogó acerca del tiempo libre como privilegio masculino, la experiencia en la paternidad, el posicionamiento de las decisiones y roles de género, y la redistribución de los trabajos de cuidado.
Los encuentros territoriales de cuidado y discapacidad fueron espacios que se realizaron en los 10 AETCR priorizados y posibilitaron el intercambio de experiencias de las personas en situación de discapacidad. Allí se visibilizaron las necesidades de cuidado de esta población y se realizó una sensibilización frente a la manera en que se entiende la discapacidad. Esto fue clave para dialogar acerca de la consolidación de acciones afirmativas y ajustes razonables, tanto con instituciones como con la comunidad, para reducir las barreras actitudinales, de comunicación, físicas y sistemáticas a las que se enfrentan las personas en situación de discapacidad.
En los 10 AETCR priorizados se llevaron a cabo encuentros de experiencias territoriales para generar un escenario de reflexión - acción alrededor de las VBG y VCM y para promover la construcción de redes de cuidado comunitario que prevengan la reproducción de dichas violencias. En estos encuentros se dialogó sobre la necesidad de desnaturalizar y no normalizar prácticas cotidianas y acciones violentas arraigadas a los mandos culturales y políticos de las comunidades, como acción para reducir la reproducción de violencias que atentan contra los derechos de las mujeres y las niñas en los territorios.
Se realizaron jornadas en cuidado integral, festivales de cuidado y/o ferias institucionales que posibilitaron trasladar la oferta institucional a los AETCR priorizados, de acuerdo con las necesidades e intereses de la comunidad alrededor del cuidado. Estos espacios contaron con intervenciones como jornadas de salud sexual y reproductiva, censo y verificación de programas sociales de los municipios, socialización de rutas para situaciones de VBG y VCM, oferta para la primera infancia, niñez y adolescencia, encuentros psicoemocionales de mujeres, comercialización y visibilización de proyectos de autonomía económica de las mujeres, entre otras.